Los colorantes de repostería nos abren todo un mundo de posibilidades y fantasía. Pero para no echar a perder nuestras recetas de tartas favoritas, galletas, bizcochos, o cualquier otro tipo de dulce, ni obtener un color que poco tiene que ver con el que queríamos conseguir, es importante saber cómo y cuándo utilizar los colorantes en pasta, en gel, en polvo, o incluso en spray. Ya que cada categoría de colorantes se adapta mejor a un tipo concreto de masa o de receta.
Aunque además de estos tipos de colorantes, existen los colorantes totalmente naturales, que son por los que apostamos en nuestra pastelería en Granada para dar ese llamativo toque de color tan especial a nuestra deliciosa tarta red velvet.
¿Cuándo usar los colorantes en pasta?
Los colorantes en pasta se diferencian del resto por su textura densa, que se debe a lo concentrados que están. Por lo que solo es necesario utilizar una gota de este tipo de colorante alimenticio para conseguir colores muy intensos.
Los colorantes en pasta se pueden aplicar y coger con ayuda de un palillo. Con éste, cogeremos la cantidad que necesitemos para teñir. Mejor ir echando poco a poco que coger una cantidad demasiado generosa al principio. Hay que tener en cuenta que el color puede subir un poco pasados unos minutos. Además, una cantidad demasiado alta de colorante puede modificar las propiedades de la masa o mezcla y volverla más líquida de lo que nos gustaría.
Dada las características de estos colorantes, son los más utilizados para teñir fondant, pasta de flores, mazapán, frosting y pasta de goma.
En el mercado encontramos una amplia variedad de marcas y colores de colorantes en pasta, que pueden utilizarse solos o mezclarse entre sí para obtener tonos diferentes.
¿Para qué sirven los colorantes en gel?
Los colorantes con textura en gel son similares en uso a los colorantes en pasta. Estos son perfectos para dar color al fondant, a cremas, glasa de azúcar y masas, ya que no modifican las propiedades de las masas.
De la misma forma que en el caso anterior, utilizaremos un palillo para sacar un poco del colorante que necesitemos, e iremos añadiendo progresivamente si queremos conseguir una intensidad mayor.
Lo ideal es que cada vez que se coja colorante del bote se utilice un palillo nuevo para no contaminar el gel restante con restos de la mezcla que estamos elaborando.
Las aplicaciones de los colorantes líquidos y los colorantes en spray
A diferencia de los dos colorantes de repostería anteriores, los colorantes líquidos no se deben utilizar directamente sobre una masa o mezcla de ingredientes. En este caso, se utilizan para pintar creaciones creativas sobre el fondant con ayuda de un pincel, o bien para utilizarlos en los aerógrafos.
En cuanto a los colorantes de repostería en spray, son ideales para dar destellos de color, sombras o conseguir degradados muy originales y vistosos.
Estos colorantes resultan muy fáciles de usar. Basta con pulverizar sobre cualquier superficie que queramos pintar (una galleta, una tarta de fondant…) para cubrirla con el color deseado. Lo que se consigue es el efecto aerógrafo, por lo que da pie a decoraciones muy versátiles.
Por ejemplo, son los colorantes que se utilizan para cubrir una tarta de color dorado o un macarón de un bonito tono plata.
¿Cuándo utilizar rotuladores de tinta comestible?
Si el colorante líquido te resulta muy complicado de aplicar, quizá puedan serte de gran ayuda los rotuladores a base de tinta alimentaria comestible. Estos son ideales para escribir y decorar todo tipo de superficies duras de dulces: Obleas, chocolate blanco, fondant, glasa real… Además, consiguen un acabado muy preciso, por lo que son perfectos para añadir detalles a nuestros diseños de repostería.